Blanquita se incorporó al equipo en el año 2015. Es la Relaciones Públicas de la clínica. Salvo que esté varada cual ballena por las instalaciones de ESVET, recibe a todo el que entre por la puerta: sea perro, humano o uno de sus semejantes. No tiene miedo, así que hay que tener un poco de cuidado con los perros que se meriendan gatos, porque ella se las apañará para provocar al personal y liarla parda.

A pesar de no tener una formación específica en el campo de la medicina veterinaria, los años la han curtido y le han dado experiencia para actualmente realizar también funciones de gestión y coordinación de clínica, alternando con la función de auxiliar y asesoramiento en nutrición: con sus 6,5 kg es el claro ejemplo de lo que no se debe hacer.